Pereira, 27 de septiembre de 2024.
La vida de Miguel Ángel, un niño de solo tres años de edad que nació con labio fisurado y paladar
hendido bilateral, ha cambiado por completo, logró recuperar su sonrisa y en adelante podrá alimentarse en forma normal.
Esta condición hace que cuando el paciente tome alimentos, éstos se puedan desplazar hacia la nariz lo que disminuye su aprovechamiento y propicia la aparición de infecciones, como otitis y
otras enfermedades respiratorias, además se afecta la pronunciación de las palabras al presentarse el escape del aire a través de la boca, explicó el médico cirujano, Jorge Iván (faltan apellidos) que dirigió el procedimiento quirúrgico. El pequeño fue sometido hace algunos días a una tercera intervención quirúrgica para superar ese defecto congénito, gracias a una alianza entre el Hospital Universitario San Jorge y la Fundación Sonríe. Hace un año, a Miguel Ángel se le hizo su primera intervención, consistente en el cierre primario de los dos lados del labio superior y el paladar blando.
Este tipo de intervenciones mejoran la calidad de vida de los pacientes en el entorno familiar y permiten que éstos puedan alimentarse bien e ir creciendo en una forma adecuada. “Los
beneficios que el niño puede tener con esta cirugía es ir estableciendo un plano bucal y un plano nasal para que a través de la boca no estén circulando líquidos hacia la nariz y que no se le esté
escapando el aire por la boca, de tal manera que pueda pronunciar mejor las palabras y alimentarse de manera más adecuada”, agregó Jorge Iván Cardona, cirujano maxilofacial.
El labio y paladar Hendido (LPH) es una malformación o defecto congénito mayor que se presenta en la etapa temprana del embarazo, entre las 4 y 12 semanas de gestación. Es la cuarta malformación más común en Latinoamérica y se estima que cada año, 15.000 niños
nacen con LPH en Latinoamérica y en Colombia afecta a uno de cada 600 nacidos vivos.
Desde hace 10 años el Hospital San Jorge de Pereira y la Fundación Sonríe suscribieron un convenio interinstitucional para brindar atención y cirugía a este tipo de pacientes, en su mayoría niños de escasos recursos económicos y procedentes de zonas rurales. Mediante esta alianza, cada mes se realizan una o dos jornadas de atención a pacientes con esta problemática, en cada una de las cuales se atienden tres o cuatro usuarios, informó Juliana Hernández Flórez, vinculada a la fundación y encargada de atender a pacientes que requieren implantes y rehabilitación.
Hasta el 31 de agosto de este año, en el marco de este convenio, han sido operados 18 pacientes y se han realizado 64 procedimientos quirúrgicos, 12 cirugías de paladar, 5 injertos óseos, 4 cirugías de labio fisurado y 1 cirugía ortognática para corregir la posición de los huesos faciales y conseguir una mordida adecuada.
El gerente del Hospital San Jorge, Javier Alejandro Gaviria Murillo, se declaró ampliamente satisfecho de los logros alcanzados en el marco de esta alianza, los cuales redundan en beneficio directo de los niños con este tipo de problemáticas, permitiendo mejorar su calidad de vida, de acuerdo con los propósitos del Gobernador de Risaralda, Juan Diego Patiño Ochoa.
La Fundación Sonríe, creada hace 28 años, está dedicada a mejorar la calidad de vida de los pacientes con labio fisurado y paladar hendido a través de un enfoque integral que incluye diferentes disciplinas: odontopediatría, cirugía maxilofacial, cirugía oral, pediatría, ortodoncia, genética, anestesia, otorrinolaringología, fonoaudiología y psicología. En este lapso, se le ha brindado atención física y emocional a más de 2.000 pacientes y sus familias, se han realizado
más de 32.500 consultas gratuitas en diferentes especialidades, se han practicado alrededor de 1.200 cirugías de diferentes complejidades realizadas de manera independiente y a través de
alianzas con el Hospital Universitario San Jorge de Pereira y la organización Smile Train de Estados Unidos.
Mediante este convenio, la fundación se encarga de todo el proceso con las EPS para realizar el procedimiento y el paquete completo, que comprende nutricionista, fonoaudiólogo, psicólogo, odontología general y las otras especialidades que se requieran.
El 74% de los pacientes corresponde a población infantil, el 72% de ellos pertenece a los estratos 1 y 2 y el 20% son de la población indígena. Estos beneficiarios provienen de los departamentos de
Risaralda, Caldas, Quindío y Chocó y el norte del Valle del Cauca.